La amistad según el Corazón de Jesús

Jesucristo me ama ahora
Del libro El Reinado del Corazón de Jesús (tomo3), escrito por un P. Oblato de María Inmaculada, Capellán de Montmartre. Publicado en Francia en 1897 y traducido por primera vez al Español en 1910.

De todos los frutos que ha de producir en el mundo la devoción al corazón de Jesús, uno de los principales es la santificación de la amistad. En efecto, la amistad no es simplemente virtud privada llamada santificar a los individuos, sino que es virtud social, cuyo fin es regular nuestras más íntimas relaciones con el prójimo. No queremos exagerar al decir que la causa de la mayor parte de los males de la sociedad son las amistades malas; pues, si un individuo depravado y vicioso es un peligro, una sociedad de amigos perversos es una calamidad  pública. Por el contrario, las amistades Santas, y según Dios, son manantiales de bendiciones generales. Casi todas las grandes obras de regeneración social son frutos de estas asociaciones de amigos.

Queriendo nuestro Señor hacer, por medio del establecimiento de la devoción a su divino Corazón, lo que santa Margarita María llama: “el último esfuerzo de amor divino para salvar una vez más al mundo”, no podía omitir el procurar transformar la amistad por medio de esta saludable devoción.

Entendemos por AMISTAD, no solamente esa buena unión firme y viva que existe entre algunas personas, juntas por los lazos de un afecto más íntimo que con los demás, sino también toda asociación, en la cual se unen los miembros para alcanzar un fin común, sea espiritual sea material.

Se puede decir con toda verdad que nuestro Señor mismo fue quien instituyó ESTAS SOCIEDADES AMISTOSAS SEGÚN EL SAGRADO CORAZÓN. En efecto, Él mostró a santa Margarita una visión, bajo el símbolo de una corona de doce estrellas, colocada alrededor de su divino Corazón, la primera de esas asociaciones que mandó fundar a su sierva como no sólo para la santificación individual de cada asociado, sino también para la regeneración del mundo por medio de la devoción a su Sagrado Corazón.

Después de la muerte de la Santa se vio a gran número de sociedades enarbolar el estandarte del Sagrado Corazón y hasta tomar su nombre. La imagen del divino Corazón fue adoptada en diversos países por muchos jefes del ejército como señal de alistamiento.

Todas las asociaciones o reuniones, cualesquiera que sea su nombre o su fin particular: sociedades comerciales, industriales o económicas; sociedades literarias o artísticas; sociedades civiles o políticas, están, por consiguiente, llamadas agruparse alrededor del estandarte del Corazón de Jesús,  para sacar de este divino Corazón su vida, su espíritu y su fortaleza.

Semejante pretensión, juzgada según las ideas del siglo, Podrá parecer extraña; sin embargo, no es más que la reivindicación de lo que debe existir aquí abajo, según el plan divino. ¿No nos dice San Pablo que todas las cosas en el cielo y sobre la tierra deben fundarse y establecerse en Cristo? ¿En los siglos pasados no marchaban todas las instituciones sociales al amparo de la cruz? Desde hace tiempo se viene formando un movimiento que tiene por fin arrebatar a nuestro Señor el dominio de las cosas terrestres, para no dejarle más que el dominio de las cosas espirituales y celestiales. Esto es lo que el lenguaje del día se llama SECULARIZACIÓN.

Si este plan, llegar a realizarse, el mundo desaparecería pronto en el gran cataclismo final, porque el universo no existe sino para Cristo y por Cristo.  “Para salvar una vez más al mundo, (dijo nuestro Señor a santa Margarita, en el mismo momento en que empezaba a ponerse en ejecución esa trama infernal), quiero reinar en los negocios del mundo, de donde se procura excluirme, y quiero que esto sea por mi Corazón Sagrado”. A pesar de esta apremiante y misericordiosa petición, los enemigos de Cristo han continuado rechazando al divino Salvador y, confesémoslo, han ganado terreno. Sin embargo, la Santa nos dice: “no temamos; el Sagrado Corazón reinará, y cuando haya llegado el tiempo detendrá en el camino aquellos que se opongan a su reinado.”

¿Cómo será esto? No sabemos cuáles eran los medios que el divino Rey empleará para entrar en su reino. ¿Serán castigos manifiestos ?¿serán  gracias extraordinarias? no sabemos, más para preparar y para asegurar el triunfo general de su Corazón sagrado en cada nación, quiere nuestro Señor empezar por apoderarse de las asociaciones o reuniones particulares de cada país, sirviéndose de LA AMISTAD SEGÚN EL SAGRADO CORAZÓN.

“La AMISTAD, dice santo Tomás, es un amor de benevolencia mutua fundado sobre el cambio reciproco que dos personas hacen de sus bienes.”

 

LA AMISTAD SEGÚN EL SAGRADO CORAZÓN dice algo más; no solamente supone afecto sincero entre los amigos, y abnegación sin límites en los intereses comunes, desinterés completo y gran rectitud de intención en las relaciones amistosas, sino que pide que el Corazón de Jesús sea el principio, el modelo, la vida y el fin de la amistad.

Santa Margarita María  decía “Que nuestra amistad sea toda de Él, con Él y por Él”

La amistad debe formarse bajo la acción del sagrado Corazón. Es preciso que Él sea su autor e inspirador.

Debe subsistir y practicarse en unión con el sagrado Corazón. Es preciso que Él sea su objeto, forma y modelo. A este divino Corazón es a quién deben amar los amigos en sus amigos, y deben amar como el sagrado Corazón, o más bien, Él es quien debe amar en ellos; esta amistad debe ser una especie de prolongación o difusión de la caridad del Corazón de Jesús.

Por último, la amistad debe consumarse en el Corazón de Jesús. Ella debe conducir a los amigos hacia ese divino Corazón como a su fin; en él es donde toda amistad debe reunirlos como en su centro.