Alanceado para rematarlo
Pasaje evangélico:
“Acercándose a Jesús, y al verle ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado y al instante brotó sangre y agua. El que lo vio da testimonio verdadero. Él sabe que dice la verdad lo hace para que vosotros creáis. Así se cumplieron las escrituras”. Juan,19, 33 al 36.
Oración diaria:
Fuiste rematado. Como todo ajusticiado. Como hoy un tiro en la nuca. Tú fuiste al anunciado. Fue un chulo, un soldado le quiso hacerse el valiente, gracioso. Gracias a él se nos abrió tu corazón. Incluso muerto nos das tus señales de amor. Nos amas te hasta el extremo y después del final. Como quien da sus órganos para trasplantar vida a los demás. Así nos diste tu vida con tu Corazón. ¿Pudiste dar más? ¿Habrá gente que no te entienda, que te ignore que no le interese? ¿Tan mal que hemos presentado tus amigos …? Como ré tembló la cruz tras la lanzada. Así tiemblo yo ante tanta ingratitud.
(petición )
Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:
Santa Catalina de Siena. Esta gran mujer bebió del propio Costado abierto por la lanza en una aparición de Cristo. Su trato con el Señor fue frecuente. En uno de sus éxtasis tuvo la llamada “muerte mística”, por lo prolongado y violento que fue. El mismo Señor le dio una vez la Comunión. Esta analfabeta que necesito amanuenses para escribir sus obras, Llegó a ser Doctora de la iglesia. Preocupada por la conversión de los pecadores pues creyó ver los tormentos del infierno, fue una infatigable viajera y luchadora, mujer de acción. En Pisa recibió los estigmas de la Pasión. En su obra “Diálogo”, que tuvo con Cristo, le preguntó por qué permitió la herida del costado. Cristo le contestó: “Se me había acabado el tiempo de padecer por los hombres y quería manifestar aún más mi amor. Por eso les mostré el secreto de mi Corazón abierto, para que vieran que mi amor era infinito más allá de los límites del tiempo de una vida”. En sus cartas animaba a grandes personajes a beber del Corazón del Crucificado. Luchó con esforzado espíritu por solucionar el cisma de occidente en favor De Urbano VI. Esta terciaria dominica Había conseguido la vuelta del Papa de Aviñón a Roma. Murió en 1380 recién cumplida en la edad de Cristo. Señaló como pasos para en unión con Dios: el temor servil, el amor mercenario y el amor filial.
Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
Que esto me basta.
(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)
Consagración al corazón de Cristo:
Usemos estas palabras en “elevaciones” de Santa Catalina de Siena.
“Gracias que sean dadas a ti, suma bondad, por tanto amor que nos has mostrador hacernos semejante a ti. Dos diste inteligencia para conocerte, memoria para acordarse de Ti y voluntad y amor para amarte sobre todas las cosas. Cosa lógica es que conociendo tu bondad infinita, te ame, sin que nadie me quite este amor. Vergüenza debe tener el hombre que no te ame al verse tan amado de ti”
Dice San Anselmo: “Jesús amable al morir, al extender sus brazos, al abrirse su costado. Abierto para que se nos revelen su bondad, el amor de su corazón a nosotros”.
Cantó final:
Oh buen Jesús, yo creo firmemente, que por mi bien …