Junio, mes del Sagrado Corazón de Jesús día 21

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Día   21 de Junio: La dicha que vivimos

Pasaje evangélico:

“Esto  os lo digo para que yo me goce en vosotros y vuestra alegría os llene por dentro. Y nadie será capaz de quitarnos vuestra alegría”. Juan.15,11 y 16,22.

Oración diaria:

Es la alegría de tu amor. Es la dicha que vivo. Y todo aquel que quiera ver y pretenda un mínimo de honestidad en sí mismo. Tu experiencia es una gozada, Señor. Tu religión es gozo interior. Es un goce distinto al que da el mundo y sus placeres. Contigo todo es distinto. Sólo “ los pequeñuelos” de tu reino lo entienden y lo experimentan. A ellos se lo revelas. Es el Don De tu Espíritu. De los niños es el reino de los cielos. Los que te temen, los que tienen miedo al más allá, los que ven negatividad es en ti, es que no te conocen, no saben nada de tu doctrina y de tu persona. Ignoran tu salvación. Tú has liberado nuestro interior. Aire puro entra en mi. Viven alienados en la hojarasca mundana. No saben salir de allí. Gracias, Señor, liberaste mis alas y ya no pesa mi cuerpo ligero.

(petición )

Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:

San Jose Mª Rubio S.J. Jesuita, gran apóstol del Sagrado Corazón y de la Eucaristía. El Padre José María rubio nació en la bella Dalías, Almería. Fue coadjutor en Chinchón y Profesor del seminario madrileño de San Dámaso. Fue un gran devoto del Corazón de Jesús. Lo entronizó en más de mil hogares entre 1911 1923 predicó las famosas horas Santas de los primeros jueves ante la imagen del Corazón de Jesús, de 1911 a 1929. Encantadoras sus peregrinaciones con el pueblo al cerro de los Ángeles, donde recibió una gran represión en 1925. Es el evangelizador de los populares barrios de Usera, la Ventilla y Entrevías. Se le llamó el “Padre de los pobres”. Fue fundador de las Marías del Sagrario. Murió en Aranjuez, el 2 de mayo de 1929.

Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“

 

Tomad, Señor, y recibid

toda mi libertad,

mi memoria, mi entendimiento

y toda mi voluntad;

todo mi haber y mi poseer.

Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.

Todo es vuestro.

Disponed a vuestra voluntad.

Dadme vuestro amor y gracia,

Que esto me basta.

(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)

Consagración al Corazón de Jesús:

(Según el  “acto de confianza” de San Claudio de la Colombière).

“Estoy convencido, Señor, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que nada puede faltar a quien espera todo de Ti. Por eso he determinado vivir desde ahora sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis preocupaciones. Despojarme en buena hora los hombres de los bienes y de la honra; que las enfermedades me quiten las fuerzas para serviros; pierda yo por mi mismo la gracia pecando, que no por eso perderé la esperanza, sino que la conservaré hasta el postrero suspiro de mi vida. Mientras yo espere, estoy a salvo de toda desgracia. Y de que esperaré siempre estoy cierto, porque espero también esta esperanza. Estoy seguro que nunca será demasiado lo que espere de Ti, y que nunca tendré menos de lo que hubiese esperado. Espero que Tú me amarás a mí siempre y que te amaré yo a Ti sin parar. Y para llegar al máximo que espero a Ti mismo, de Ti mismo, oh creador mío, para el Tiempo y para la eternidad. Amén”

Dice el salmo 4,10: “ en paz me duermo y al punto descanso, porque tú, Señor, Me has afirmado del todo en la esperanza”.

Cantó final:

Santo, Santo, Santo ese Señor, bendito…

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.