Día 8
Si oímos hoy la voz del Señor, no endurezcamos nuestros corazones, no tardemos un momento en entregarnos plenamente a la gracia.
Día 9
El hacerte santo en ti estará y en nadie más, mediante las grandes gracias que te dispensará el Sagrado Corazon, si quieres corresponderle siguiendo fielmente sus santas inspiraciones y los buenos movimientos que te concede.
Día10
El hacerte santo te costará trabajo por parte de la naturaleza, que teme su propia destrucción y esto da pena; pero ¡ay! ¿se podría hacerla morir sin sufrir bastante, puesto que en nosotros todo es contrario?
Día11
De continuo se rebelan nuestras pasiones, y así caemos con frecuencia; mas no hay que turbarse por eso, ni abatirse, ni desmayar, sino hacerse violencias y sacar ventajas de las mismas caídas para animarnos más y más, como los santos, que experimentaron debilidades lo mismo que nosotros.
Día12
Nos conviene luchar, como los santos, en contra de nosotros mismos hasta el último extremo, y morir con las armas en la mano, que la corona sólo es para los que vencen.
Día13
Cualquier juicio que los hombres formende mí, no puede hacerme diferente a los ojos de Dios.
Día 14
Di en todas tus acciones: Dios mío, hago o sufro esto en el Corazon, y según las santas intenciones de vuestro divino Hijo, que se ofrece para reparar cuánto hay de impuro é imperfecto en las mías, y así en todo lo demás.