Día15.
Al presente, el Sagrado Corazon no puede
contener dentro de sí sus llamas, y por eso
las lanzas ardentísimas en los corazones que
están dispuestos a inflamarse. ¡Oh! Hagámonos
dignos de arder en estas llamas eternamente.
Día 16.
Estad siempre pronto a hacerlo todo y á
sufrirlo todo, al menor indicio de la voluntad
de Dios, con la obediencia que debéis practicar
con quien os manda en su nombre.
Día 17.
Toda mi fortaleza y todo mi sostén es mi
Soberano Señor, en medio de todos los afanes
y trabajos que no cesan de agitarme de diversos
modos.
Día 18.
Una casa religiosa es un lugar santo: las
almas que en ella moran están destinadas, no á
servir a Dios con virtud común, sino a hacerse
santas.
Día 19.
Más me agrada (dijo el divino Maestro á
la B. Margarita) el que un alma religiosa use
de comodidades por obediencia, que el verla
cargarse de austeridades y ayunos por su gusto.
Día 20.
¡Oh qué duro es el vivir sin amor a Dios!
Mas, ¿cómo se puede amar a un Dios crucificado
sin amar la cruz, sin vivir y morir sobre
la cruz?
Día 21.
Vivid totalmente abandonados al amor
de nuestro Señor Jesucristo, dejándoos dirigir
de su amorosa Providencia, sin pedir ni rehusar
cosa alguna.