Día14.
La más mínima réplica sobre la obediencia con cualquier señal de repugnancia es un defecto insoportable a los ojos de Dios.
Día 15.
Yo no comprendo como una esposa de Jesucristo crucificado pueda amarle, y huir de la Cruz: ¿no es esto huir a la vez del que la llevó por nuestro amor y la hizo objeto de sus ansias?
Día 16.
¡Qué felicidad poder padecer siempre en silencio y por último morir en la Cruz bajo el peso de todo género de miserias del cuerpo y del espíritu entre el olvido y el desprecio!
Día 17.
No nos cansemos de sufrir en silencio; buena es la Cruz en todo tiempo y lugar para que nos unamos a Jesús.
Día 18.
Yo me precipitaría de buen grado en todas las penas imaginables antes que comparecer ante la terrible santidad de Dios con un solo pecado.
Día 19.
Todo debe sernos indiferente, con tal que el divino Corazon esté contento; esto debe bastarnos.
Día 20.
No debemos respirar sino llamas y amor: amor puro, amor que nos crucifique y sacrifique con la inmolación continua de nosotros mismos á la voluntad divina.