Dia 28. ¿Qué importa que sea de una u otra manera nuestra Cruz, con tal que sea Cruz, y en ella nos tenga el amor del que murió con ella?
Dia 29. El Señor habita solamente en la paz del alma, que gusta mucho de verse destruir y aniquilar, para quedarse como perdida toda en el amor de su abyección.
Dia 30. ¿No es el Corazon de Jesús el trono de la misericordia, donde los más miserables son los mejor recibidos, con tal que los presente el amor en el abismo de sus miserias?
Dia 31. Si nos vemos lánguidos, fríos, impuros, imperfectos, ¿no es el Sagrado Corazon un horno ardiente, en que debemos apurarnos y perfeccionarnos como el oro en el crisol, para ser como una hostia viva, toda inmaculada y sacrificada a sus designios adorables?