Gabriel María Verd, S.J, Meditaciones sobre la oración rítmica “Corazón de Cristo“
Señor Jesús, Salvador del mundo (1Jn4,14), sálvame. Jesús “Dios que salva” (Mt 1,21), sálvame por tu nombre (Sal 54,1). Pues no hay bajo el cielo otro nombre que pueda salvarnos (Hech 4,12). Un y tu eres la única puerta de salvación (Jn 10,9).
En Jesús, tú eres mi roca y mi salvación (Sal 62,2) , tú eres mi gloria y mi salvación (Sal 62,7), tu eres mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? (Sal 27,1).
Jesús, tú, que no fuiste enviado para condenar al mundo sino para salvarlo (Jn 3, 17), cumple tu misión, y salvamento. Tú, que viniste al mundo para salvar a los pecadores y el primero de ellos soy yo (1Tim 1,15), cumple con tu nombre, y sálvame. Tú, que dijiste que hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de salvación (Lc 15,7), cumple con tu corazón, y sálvame.
Sálvame por tu misericordia (Tit 3,5), a pesar de mis desvíos y mis resistencias, tú que viniste a salvar lo que estaba perdido (Lc 19,10). Cercado por mis pasiones de grito como Pedro sobre las aguas : “Señor, sálvame” (Mt 14, 30).
¿Y cómo nos ha salvado, Jesús Buen Pastor? Chalo dijiste, dando tu vida por las ovejas (Jn 10,11), con un olvido total de ti mismo. “A otros a salvado y no puede salvarse a sí mismo” (Mt 27,42; Mc 1531 ), oíste que te decían al pie de la cruz. Conmovido hasta lo más profundo por estas palabras, Señor, solo quiero ser salvado como tú. Sólo siguiéndote en la pena, quiero seguirte en la gloria (San Ignacio, EE 95); y sólo llagado y traspasado, quiero participar de tu resurrección.
Pues, (que es salvarse, Señor, sino resucitar contigo y entrar contigo en tu gloria? ¿Qué es salvarse, sino caer en tus brazos? ¿Qué es salvarse, sino una eternidad cara a cara (Filp 1,23), en amistad con las tres divinas Personas de mi salvación? Que mi espíritu se alegre eternamente en Dios mi Salvador (lc 1,47).
Cristo,“véanme mis ojos, muera yo luego” (Isabel de Jesús). Cristo, anhelo ser desatado para estar contigo (Pilp 1,23 ). Cristo, el espíritu y la esposa claman: “Ven. Ven, Señor Jesús” en (Ap 22, 17. 20). Corazón de Cristo, salvarme. Corazón de Cristo, abrázame.