Día 19 de Junio: Somos niños en Dios
Pasaje evangélico:
“En verdad os digo: si no os hiciéreis como niños, si nos convertís en niños, no entraréis en el reino de los cielos. Dejad que los niños vengan a mí, que de ellos es el reino de los cielos no despreciéis a uno de estos pequeñuelos, por que en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo el rostro de mi Padre” Mateo 18,3, 10 y19,14.
Oración diaria:
¿Soy yo niño, Señor? Dímelo. Quiero ser niño. Quiero vivir el presente. Quiero gozar con cualquier pequeñez. Quiero no sentir preocupaciones. No dar valor al dinero. Al conocer la maldad de los hombres no sentir la lucha por la vida. Quiero ser niño, Señor. Quiero creer como niño. Quiero creerte a pies juntillas. Quiero aprender de ti. Quiero ir de tu mano bendita quiero vivir en tu casa. Poder sentarme en tus rodillas sentado tú en el sillón. Hazme niño, Dios mío. Ponme ese ángel que me cuide. Dame tu vaso de agua fresca. Te acepto. Te creo. Te quiero. Te acompaño. Como niño que soy, que quiero ser. Recoge a este pequeñuelo, polluelo sin plumas caído del nido y llévalo a tu casa, Señor. Prefiero tu casa, que todas las riquezas y bienes de este mundo. Mundo sin niños. Gente sin hogar. Niños sin Padre. Hogares sin familia. Tú me vuelves, Señor, a la infancia. Y yo estoy contento, porque tuve una infancia feliz.
(petición )
Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:
Carlos Suavé. Sacerdote francés que exponen sus escritos la grandeza de los dogmas católicos. Quiere dar luz y razones para creer. Y así superar una religión meramente sentimental ignorante, preocupada sobre todo por la moral y costumbres. Tiene un buen libro titulado “El Corazón de Jesús” en que explica la devoción al amor de Dios a los hombres. Murió en 1925
Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
Que esto me basta.
(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)
Consagración al Corazón de Jesús:
Hagámoslo Por palabras de Santa Teresita del niño Jesús:
“Dios todo el orbe. Me abandonó a Él. Una sola cosa deseo: la voluntad de Dios. Lo que Dios prefiere y escoge para mí, eso es lo que más me gusta. En el exceso de mi gozo delirante, exclamé: ¡Oh Jesús, amor mío!, He encontrado al fin mi vocación: vocación es el amor. Sí, he encontrado mi lugar en la Iglesia, y sois vos, Dios mío, quien me lo habéis dado, en el corazón de la Iglesia, mi Madre; seré el amor, y así lo será todo…¡qué importan las obras! El amor puede suplir una larga vida. Jesús sólo mira el amor. ¡Quisiera amarle tanto! Amarle como jamás ha sido amado. Si no es por el martirio de sangre ha de ser por el del amor. Yo hago como los niños que no saben leer: digo sencillamente a Dios lo que quiero decirle, y siempre me entiende. Yo que soy un alma “pequeñita”, trabajo únicamente por complacerle”. (Historia de un alma).
Cantó final:
Cantemos al amor de los amores…
Frase de Teresa de Lisieux: “ me pides el medio para llegar a la perfección: no conozco más que uno, el amor”.