Día 12 de Junio: Estoy seguro de tu amor
Pasaje evangélico:
“¿Quién podrá quitarme el amor que Cristo me tiene? ¿Los problemas, la angustia, los peligros, el hambre, la pobreza, la persecución, las amenazas?… Estoy persuadido que ni la muerte, ni la vida, ni los espíritus, ni el presente, ni el futuro incierto, ni el poder, y un pozo sin fin, ni nada ni nadie, podrá quitarme el amor que Dios me tiene, manifestado en Cristo Jesús “. Pablo, romanos 8,35 al 69.
Oración diaria:
Que tranquilo estoy. Es seguro vivo. Sé que Tú me amas, me quieres. Y que nunca dejarás de quererme. Siempre puedo contar con tu amor. Y eso es algo fantástico. Tu amor me ayudará a serte fiel. Tu amor me auxiliará en el peligro. Tu amor permanecerá aunque yo dejé de amarte. Tu amor me ha salvado. Sólo me falta un mínimo, un adelante de honestidad personal para serte fiel a Ti. Aunque no te sea fiel, Tú estarás a mi puerta esperándome, haga frío, nieve o haga calor. Esta es mi confianza. ¿Por qué eres tan bueno? Tu bondad es propia de Dios. Gracias, Señor estoy convencido de tu amor que nadie me lo podrá quitar. Amén.
(petición )
Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:
Cardenal Manning. Fue un ministro Anglicano convertido al Catolicismo en 1851. Fue Arzobispo de Westminster y luego Cardenal. Murió en 1892. Se caracteriza por su devoción al Espíritu Santo, que fue la devoción de los convertidos de Oxford, pues su acción es la que lleva las almas a la verdad. El Espíritu lleva a la santidad a la Iglesia y a las almas privadas. Escribió un bello libro titulado “las glorias del Sagrado Corazón”. Perteneció “al movimiento de Oxford”, cuya alma inicial fue esa el famoso Cardenal Newman
Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
Que esto me basta.
(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)
Consagración al Corazón de Jesús:
Digamos la propia del apostolado de la oración de 1997.
“Señor mío y Dios mío Jesucristo : por el Corazón inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino”.
Cantó final:
“Como estas mi Señor en la custodia … “
(Himno eucarístico de José María Pemán).
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.