Junio, mes del Sagrado corazón de Jesús día 16

Mes del Corazón de Jesús imagen día16

Día  16 de Junio: Yo he vencido al mundo

Pasaje evangélico:

“No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Hazlos justos en la verdad. Esto pues lo digo para que no perdáis la paz: en el mundo tendréis dificultades y problemas, pero confiad,  yo he vencido al mundo ” Juan. 17, 15-17 y 16,33.

 

Oración diaria:

Líbrame, Señor, del mal. Inspira me el bien y que persevere en él. Encuentro que hay maldad en los hombres, que en el mundo existe el mal. Me he dado cuenta de que nos hacemos daño unos a otros. Sin querer e incluso queriendo. Líbrame, Señor, de ese mal. De caer en ese mal, de causarlo yo. Que yo ande y viva entre los hombres amándoles Pero sin seguir sus pisadas. No quiero que mis huellas manchen la nieve límpida. No quiero hacer daño yo. Quiero que me des manos de hada para tratar a la gente sin caer en el mal. Entiendo tu doctrina. Me gusta. Creo que es posible. Pero necesito tu ayuda y tu presencia para que yo también venza el mundo. Es mi amigo, sí, pero si se irrita saca maldad del fondo de su corazón. Librarnos del mal, amén.

 

(petición )

Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:

El Padre Ramière . S. J. en el pueblo de Vals, al sur de Francia cerca de Foix y entre jesuitas tercerones, nació el Apostolado de la Oración. Su director, el Padre Gautrelet, les hizo colaborar en la labor misionera mediante la oración, en virtud del Cuerpo místico de Cristo. Fue un  3 de diciembre de 1844. Pero fue el Padre Henri Ramière, entusiasta del Sagrado Corazón, el que estructuró y divulgó esta devoción tras 24 años al frente de la obra del Apostolado de la Oración con la revista “El mensajero”. Murió en 1884.

Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“

 

Tomad, Señor, y recibid

toda mi libertad,

mi memoria, mi entendimiento

y toda mi voluntad;

todo mi haber y mi poseer.

Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.

Todo es vuestro.

Disponed a vuestra voluntad.

Dadme vuestro amor y gracia,

Que esto me basta.

(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)

Consagración al Corazón de Jesús:

Hagamos la con un mosaico de palabras de San Bernardo, el Doctor Melifluo:

“¿Quién no se quedará pasmado del infinito amor de un Dios despreciado y que vuelve a llamar? ¿Qué cosa más dulce que el amor Que desposa el alma con Cristo, y que consiste en procurar con toda su voluntad amarle como es por Él amada?

Sólo con el amor puede la criatura pagar de un modo equitativo porque paga con algo semejante a su Autor. No temo por que amo. No sólo le amo sino que soy, de él amado, pues si yo no fuera de él amado, no le amaría. Nadie desconfíe que es amado por Dios quien a Dios ama. El amor alivia a los fatigados, fortifica a los débiles, alegra los tristes, hace suave el yugo del Señor. El amor hace fácil el trabajo, sostiene y reanima el valor, nos hace discernir mejor la verdadera virtud y nos arrastra ella. Amar en Dios y por Dios es tener amor; y dejar ser amado por Dios y en Dios es servir al amor. Nada hay Difícil para el que ama. Donde hay amor no hay labor sino sabor. Cuando Dios ama no quiere sino ser amado, pues sabe que con el amor mismo son felices los armadores. La medida del amor de Dios es amarle sin medida. La bondad de Dios va más rápida que todos los pensamientos. Antes de que le invoquemos dice: aquí estoy”

Cantó final:

Perdón a tu pueblo, Señor, perdonar tu pueblo …

“Señor, ponme con tu hijo” (San Ignacio de Loyola en la Storta) .