Día 17 de Junio: Una sola cosa mandaste
Pasaje evangélico:
“Un mandato os doy y es nuevo. Es éste: que os améis los unos a los otros pero hacerlo como yo os he amado. Amaros así mutuamente vosotros también este es mi precepto. En esto conocerán los hombres que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros. Esto os mando: que os améis unos a otros” Juan 13, 34-35 y 15, 12 y 17.
Oración diaria:
Amar a los demás es difícil, Señor. Lo más difícil aún es amarles como tú nos has amado. Hasta el final. Hasta el extremo de dar la vida por ellos. Y es que los hombres son nuestros amigos. Si hay que llegar a morir por ellos es porque nos consideramos amigos. Igual que tus apóstoles contigo son tus amigos. Hoy no se ama, Señor. No sabemos. El egoísmo, la libertad, la ambición, la realización, la lucha por la vida con las prisas, la tensión, las ocupaciones nos impiden amar. Lo único importante es lo que tus nos has dicho. Lo único que vale es amar como tú. Enséñame, Señor, a no luchar tanto a no tener tanta ambición a renunciar a mi libertad ante los derechos de los demás. Enseñarme a vivir más despacio. Sin prisas. Viviendo más mi vida. Sintiendo más las cosas. Con tu paz yo tendré tiempo para armar. Al atardecer seré feliz de mi amor tenido al hombre.
(petición )
Pensemos en algún devoto del Corazón de Jesús:
Philip A. Kemper. Comerciante de Dayton, Ohio, gran devoto del Corazón de Jesús. A él se debe la divulgación en cientos de miles de estampas de la forma abreviada de las promesas que el Sagrado Corazón prometió a Santa Margarita María de Alacoque. Muy pronto este resumen se hizo muy popula. Resumamos algunas de esas promesas:
“Prometió que protegería las familias que estuvieran en necesidad” “Pondré paz en sus familias”
“Les consolare en sus aficiones”
“Seré su amparo y refugio en la muerte”
“Bendeciré los hogares donde la imagen de mi corazón sea expuesta y venerada”
“No morirán en mi desgracia ni sin mi sacramentos, los que comulguen los nueve primeros viernes de cada mes seguidos”
“Llevarán adelante su misión en la vida conforme a su vocación”
“Tendrán su nombre escrito en mi corazón”
“Tienen reservado bienes infinitos cuantos se empleen en dar a conocer y amar a su Corazón”
Oración de todos los días: “de San Ignacio de Loyola“
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia,
Que esto me basta.
(San Ignacio de Loyola. En los ejercicios espirituales, Manresa, 1522 y Roma, 1544)
Consagración al Corazón de Jesús:
Señor, tu eres la semilla que origina mi vida.
Eres el sol que calienta mis raíces.
La tierra que abriga y envuelve mi ser.
La lluvia que refresca el ardor del estío.
Eres agua que brota de fresco manantial.
Sombra queda descanso al caminante.
Verdor que dulcifica mis ojos.
Es el motor que impulse mi barco.
Las olas que merecen en alta mar.
La red con que llenas mi pesca.
De tu amor arde mi fuego.
De tu luz se enciende mi lámpara.
Te debo tanto que todo soy tuyo.
Soy la escritura de tu propiedad.
Lo que me queda tú lo tienes comprado.
En tu trastienda queda ovillado mi ser.
Cantó final:
Oh buen Jesús, yo creo firmemente que …
“Eres hoguera de ardiente amor para inflamar y abrasar el mundo entero”
(San Bernardino de siena)