Dia 4. No te turben tus faltas; pero cuando hayas cometido alguna, di con toda confianza al amabilísimo Corazon de Jesús: ¡Oh único amor mío! Satisfaced vos por vuestra sierva y reparad el mal que yo he hecho; tornando en gloria vuestra y edificación del prójimo y salud de mi alma.
Dia 5. A veces nuestras caídas nos ayudan mucho a humillarnos y conocer lo que somos, y lo muy bueno que es para nosotros estar escondidos en el abismo de nuestra nada.
Dia 6. El amor propio, con el que quisiéramos presentarnos en todas partes, ser aplaudidos, acariciados y bien recibidos, no quiere oír, ni puede entender estas lecciones de humildad, de que nuestras caídas nos ayudan a humillarnos y a conocer lo que-somos; pero no es menester entrar a discutir con él, pues con esto se nutre y aumenta.
Dia 7. Procuremos no reflexionar más que para aprender á llevar bien nuestras cruces con amoroso silencio.
Dia 8. Yo no veo cosa que tanto alivie la largura de la vida, como el padecer siempre y amar.
Dia 9. Suframos amorosamente sin dolernos, y consideremos perdidos los momentos que pasan sin padecer.
Dia 10. No dejemos perder el tiempo: pensemos, pues, sólo en el momento presente para hacer buen uso de él, como si fuera el último día de nuestra vida y debiéramos comparecer a dar cuenta en el Tribunal de la Justicia divina.