Día 11.
Hacer y padecer por amor es el verdadero
secreto de los amantes del Amado.
Día 12.
El Amor no quiere llenarse más que de
amor, a fin de que por él mismo podamos darle
todo lo que de nosotros espera: amor fuerte que
no se deja abatir, amor puro sin interés, amor
crucificado que no encuentra alegría sino en el
sufrimiento para conformarse al Amado.
Día 13.
Siendo para nosotros el amable Corazon
de Jesús todo en todas las cosas, podremos decir
con San Pablo que ya no vivimos nosotros,
sino que es Él quien en nosotros vive.
Día 14.
Amemos a este único amor de nuestras
almas, porque Él nos amó primero, y todavía
nos ama con tanto ardor que se consume de
continuo en el Santísimo Sacramento.
Día 15.
Para los que aman ardientemente el Sagrado
Corazon de nuestro amable Jesús ya no
hay sufrimientos, porque los dolores, humillaciones,
contradicciones, todo se trueca en amor.
Día 16.
¡Ah! ¿Por qué no ardemos en el fuego
del divino amor que Jesús vino a traer al mundo?
Sí, es menester consumirse; y este Corazon
Sagrado será el altar de nuestro sacrificio.
Día 17.
El Corazon divino tiene cuidado particular
de las almas que se abandonan a Él confiadamente.