Día 28. Hazlo todo con tanta tranquilidad como si no tuvieras que hacer más que aquello solo que tienes entre manos; y haz todas las cosas como si cada una de ellas hubiera de ser la última de tu vida.
Día 29. Con las criaturas hablad poco, pero mucho con Dios haciendo y padeciendo.
Día 30. Sé pobre y falto de todo, y Dios te enriquecerá.