CÁNTICOS
XXXIX
Cántico compuesto en honor del Santísimo Sacramento
1
Es la Santa Eucaristía
Mi tesoro verdadero;
Por dar vida al alma mía,
Jesús se esconde allí entero.
2
Al pie de la Hostia Sagrada
Él mi corazón hirió,
Y haciendo de él su morada,
Él fue siempre quien venció.
3
Aunque mi vida perdiera
Por llegarme al Dios de amor,
¡Mil y mil veces la diera
Dichosa, por Ti, Señor!
4
Si de todo he de apartarme
Por recibir a mi Amado,
Quiero a mí mismo dejarme
Por Jesús Sacramentado.
5
Si Tú quieres que padezca
De amor, yo también lo quiero;
Deja que mi ser entero,
Por contentarte te ofrezca.
6
¿Por qué quieres esconderte,
Si sólo te quiero a Ti?
Para que me dejes verte
Dime qué quieres de mí.
7
Corta y quema, ¡oh amor mío!
Quiero tenerte contento;
Por Ti padecer ansío.
Que es el amor mi tormento.
8
Es un horno abrasador
De llama siempre encendida,
¡Fuera mi dicha mayor
En Él sepultar mi vida!
9
Al corazón en que entras
Si es puro le das dulzura,
Pero al que manchado encuentras
No le das más que amargura.
10
Para calmar la ira santa,
Te haces víctima de amor,
Aplacando su rigor
Desde la Hostia Sacrosanta.
11
El alma pura su vida
Y la muerte la malvada,
Hallan cual justa medida
En la Hostia inmaculada.
12
Es barro el alma en pecado
Que no brilla a tus ardores,
Y la que a Ti se ha entregado
Es jardín lleno de flores.
13
¡Amor de la tierra y cielo,
Ven, reina en mi corazón!
¡Que sea jardín anhelo,
Do encuentres satisfacción!
14
Soy como el ciervo sediento
A quien hirió el cazador:
Busco el manantial, pues siento
En mí el dardo de tu amor.
15
¡Sufrir y amar sólo ansío!
No hay nada que más me encante.
¡Sufrir y amar, oh bien mío!,
Es mi aspiración constante.
16
Quiero sufrir, sin quejarme,
Desprecios, penas, dolores,
Que el amor puede endulzarme
Aun los tormentos mayores.
17
Yo quiero en tu amor perderme
Cual gota de agua en el mar,
Que cuanto pueda ofrecerme
El mundo, me ha de amargar.
18
A tu contacto divino
Das santidad y pureza,
Y hallándote en mi camino
Siento huir toda tristeza.
19
Tengo una herida de amor
Que mucho me hace penar,
Pero aunque es grande el dolor,
No quiero de ella sanar.
20
En el Calvario o Tabor,
Sólo a Ti, mi dulce Esposo,
Quiero mirar con amor,
Pues bien sé que eres celoso.
XL
Cántico al Corazón de Jesús
1
Jesús, mi Esposo adorado,
En una lección hermosa,
El misterio me ha enseñado,
De ser, sufriendo, dichosa;
Y si sufro hasta la muerte
Bendigo mi santa suerte.
2
Cuando me venció el amor
Sentí escaparse mi vida;
Pero me animó el Señor
Al verme tan abatida,
Dándome el agua sagrada
Que hizo brotar la lanzada.
3
Fuera inútil de seguro
Disputarle la victoria
A este divino amor puro;
Es cedérsela mi gloria,
Pues fue el dardo tan certero
Que hirió el corazón entero.
4
Bendigo mi hermosa suerte
Por tan dichosa sorpresa.
Que aunque quise hacerme fuerte
Mi buen Señor me hizo presa
Con las redes de su amor
Que fue siempre vencedor.
5
De este santo amor el fuego
Más corta hará mi carrera.
Que el día y la noche luego
Me hagan correr muy ligera.
Mil muertes me hace sufrir
Sus ardores al sentir.
6
Soy del Corazón Sagrado
De mi Redentor divino,
Que en Él mi nombre ha grabado,
Y ser su hostia es mi destino,
Dispuesta a sufrirlo todo
Sin gozarme de otro modo.
7
Me produce gran tormento
Esta gran disipación
Que impide que en un momento
Abrase mi corazón
En la pura y viva llama
Que consume a quien le ama.
8
El amor continuamente
Me pide el desprendimiento
De aquello que vanamente
Me dé alegría y contento
Y quiere verme humillada
Y siempre crucificada.
9
Si Vos queréis que el dolo
r Consuma mi vida entera,
Estoy dispuesta, Señor,
Que por mí, sólo quisiera Ir todo en ella inmolando
Con tal de morir amando.
10
Quiero morir enclavada
En la Cruz: morir sufriendo.
Que no me contente nada,
¡Oh Jesús!, más que ir siguiendo
Tu ejemplo y amor sublimes
Con que, al morir, nos redimes.
11
Hazme esta gracia. Señor:
Que en ninguna criatura
Pueda ya poner mi amor.
Que sólo ame tu hermosura.
Que no tenga libertad
Para dejar tu amistad.
12
Cuanta más contradicción
Encuentre mi amor sin mancha,
Más crece en mi corazón
Y más su herida se ensancha;
Pero así quiero sufrir.
Que el dolor a Él me ha de unir.
13
Amarte, Jesús, ansío,
Por todo el que te aborrece;
Quémame en tu amor, Bien mío,
Cual se abrasa el que padece
Del fuego eterno al tormento, Y así moriré contento.
14
Quien dice amor, dice Cruz,
Y yo a su sombra dichosa
Que irradia celestial luz
Todo lo sufro gozosa.
Bendiciendo tanta suerte
Si el amor me da la muerte.
15
Dame, Corazón Sagrado,
Tu amor, que aunque haya quien tema Que el estar siempre a tu lado
Sea vivir en cadena. Yo mi dicha considero
Ser de ese amor prisionero.
16
¿No tienes piedad, Señor,
De este martirio constante?
¿Es que no ves mi dolor,
Ni que suspiro anhelante,
Siempre deseando la suerte
De que el amor me dé muerte?
17
Me robó tu amor, Señor,
El corazón, y vivir
Ya no puedo. Con fervor
Vengo este cambio a pedir:
¡En lugar del que has quitado,
Pon tu Corazón Sagrado!
XLI
Otro cántico al Sagrado Corazón
1
Sólo en tu Corazón
Hallo satisfacción.
En él toda la vida
Quiero estar escondida.
Siendo siempre, Señor,
Víctima de tu amor.
2
Deja que de amor viva
Estando allí cautiva,
Pues este sufrimiento
Que en esta prisión siento
Mucha más dicha encierra
Que un imperio de la tierra.
3
¡O morir o penar!
Así quiero yo llegar
Al Corazón glorioso
Que me hará victorioso,
Pasado este tormento
Que por amarle siento.
4
A un festín me convida
Y es amor la bebida;
¡Dichoso quien la bebe,
Y ya vivir no puede,
Sin este vino ansiado
Que del Cielo ha bajado!
5
Bebe este vino bueno
Porque quita el veneno
De todas las heridas;
Da las fuerzas perdidas.
Vuelve nuestra alma pura
Y nos da la ventura.
6
Como lámpara ardiente
Ante el altar pendiente.
Donde Sacramentado
Vive mi Bien Amado,
Quiero pasar la vida
En su amor consumida.
7
Es todo mi contento
Tan suave Sacramento;
Es un remedio santo
Que cura por encanto.
De quien le ama,
dolores, Penas y sinsabores.
8
¡Visítame constante,
Oh mi divino amante!
Mi corazón ansia
Poseerte cada día,
Que eres su único amigo
Y Él quiere estar contigo.
9
Por amor languidece,
Pero ya no apetece Curarse;
que tu flecha
Le hizo tan honda brecha,
Que es su único placer,
Por tu amor padecer.
10
El corazón entero,
¡Oh amigo verdadero!,
Pides al que te ama
Para echarlo en la llama
De tu amor, que es un fuego,
Que da la vida luego.
11
Sólo a Ti pertenezco
Mi Rey, y a Ti me ofrezco;
Tu Corazón amante
Me llama a sí, constante,
Y en tal dulce morada
Ya no deseo nada.
XLII
Nochebuena
1
He aquí que me despierto
Para ofrecer al Niño,
Que en un pobre portal
Por mi amor ha nacido.
Mi alma y mi corazón
Y todos mis sentidos.
2
Pero le oigo que llora
Por el rigor del frío
Que tiene entre nosotros…
¡Ay, qué pena, mi Niño!
¡Desde hoy te amaré mucho
Porque encuentres alivio!
3
Por ganar corazones,
¡Oh mi Jesús divino!,
Has bajado del Cielo,
Naciendo como un niño:
¡Tú tendrás la victoria
Pues tu amor ha vencido!
4
Del corazón y el alma
Quieres el sacrificio,
Y a ofrecértelo pronto
Debo estar decidido,
Empleándome entero
En tu santo servicio.
5
¡Ah, cuán dichosa soy;
Qué dulce es mi destino!
He encontrado a mi Esposo,
Y es tal este amor mío,
Que Él solo tendrá siempre
Entero mi cariño.
6
No sé seguir viviendo,
Pues va a morir mi Niño:
Ved cómo languidece
Del amor perseguido
Que le lleva a la Cruz
Donde va a redimirnos…
7
¡Permite que yo muera
Allí también contigo!
Pues prefiero la muerte
A verte a Ti afligido,
¡Y no quiero la vida…
Si a tu lado no vivo!
XLIII
Al Sagrado Corazón de Jesús
1
¡Oh Corazón de mi amado
Y divino Salvador,
El más hermoso y mejor,
De cuantos Dios ha creado!
2
¡Tú sólo das dicha al mundo,
Tú eres trono de la gracia,
Y es nuestra mayor desgracia
No tenerte amor profundo!
3
Siendo, como eres, dechado
De todas las perfecciones,
¿Cómo aún nuestros corazones
Todo su amor no te han dado?
4
Sabemos, Señor, que el tuyo,
Es grande infinitamente…
¡Y aun así, mezquinamente
Te dan los hombres el suyo!
XLIV
Otro cántico al Corazón de Jesús
1
Profundo abismo insondable
De virtud y de grandeza
Y tesoro inagotable
De gracias y de riqueza.
2
En Ti la Divinidad
Ha puesto sus perfecciones,
Y tu infinita bondad
Cautiva los corazones.
3
En Ti veo un horno ardiente
Con más fuego cada día;
Y perdiéndole en él, siente
Paz y dicha el alma mía.
4
Tú los divinos ardores
Aplacas desde este suelo,
Y en él, por los pecadores,
Te ofreces en la hostia al Cielo.
5
Tú, de la Divinidad,
Eres digna complacencia,
Pero enseñas la humildad
Del silencio en la elocuencia.
6
La alegría de saber
Que tiene a su Hijo amado
Es tal, que llega a tener
Al Padre Eterno admirado.
7
Mortales que la ventura
Buscáis con tal ilusión:
Copiad la humilde dulzura
Del Divino Corazón.
8
Si queréis paz y consuelo,
A este Corazón llegad;
Tomadle como modelo,
Todos sus, rasgos copiad.
9
Hombre del mundo engañado,
Condénalo ya al olvido.
Que en el Corazón Sagrado
Serás feliz escondido.