Vida y obras de Santa Margarita Mª de Alacoque(LXI)

Jesús en la custodia

CÁNTICOS

XXXIX

Cántico compuesto en honor del Santísimo Sacramento

1

Es la Santa Eucaristía

Mi tesoro verdadero;

Por dar vida al alma mía,

Jesús se esconde allí entero.

2

Al pie de la Hostia Sagrada

Él mi corazón hirió,

Y haciendo de él su morada,

Él fue siempre quien venció.

3

Aunque mi vida perdiera

Por llegarme al Dios de amor,

¡Mil y mil veces la diera

Dichosa, por Ti, Señor!

4

Si de todo he de apartarme

Por recibir a mi Amado,

Quiero a mí mismo dejarme

Por Jesús Sacramentado.

5

Si Tú quieres que padezca

De amor, yo también lo quiero;

Deja que mi ser entero,

Por contentarte te ofrezca.

6

¿Por qué quieres esconderte,

Si sólo te quiero a Ti?

Para que me dejes verte

Dime qué quieres de mí.

7

Corta y quema, ¡oh amor mío!

Quiero tenerte contento;

Por Ti padecer ansío.

Que es el amor mi tormento.

8

Es un horno abrasador

De llama siempre encendida,

¡Fuera mi dicha mayor

En Él sepultar mi vida!

9

Al corazón en que entras

Si es puro le das dulzura,

Pero al que manchado encuentras

No le das más que amargura.

10

Para calmar la ira santa,

Te haces víctima de amor,

Aplacando su rigor

Desde la Hostia Sacrosanta.

11

El alma pura su vida

Y la muerte la malvada,

Hallan cual justa medida

En la Hostia inmaculada.

12

Es barro el alma en pecado

Que no brilla a tus ardores,

Y la que a Ti se ha entregado

Es jardín lleno de flores.

13

¡Amor de la tierra y cielo,

Ven, reina en mi corazón!

¡Que sea jardín anhelo,

Do encuentres satisfacción!

14

Soy como el ciervo sediento

A quien hirió el cazador:

Busco el manantial, pues siento

En mí el dardo de tu amor.

15

¡Sufrir y amar sólo ansío!

No hay nada que más me encante.

¡Sufrir y amar, oh bien mío!,

Es mi aspiración constante.

16

Quiero sufrir, sin quejarme,

Desprecios, penas, dolores,

Que el amor puede endulzarme

Aun los tormentos mayores.

17

Yo quiero en tu amor perderme

Cual gota de agua en el mar,

Que cuanto pueda ofrecerme

El mundo, me ha de amargar.

18

A tu contacto divino

Das santidad y pureza,

Y hallándote en mi camino

Siento huir toda tristeza.

19

Tengo una herida de amor

Que mucho me hace penar,

Pero aunque es grande el dolor,

No quiero de ella sanar.

20

En el Calvario o Tabor,

Sólo a Ti, mi dulce Esposo,

Quiero mirar con amor,

Pues bien sé que eres celoso.

XL

Cántico al Corazón de Jesús

1

Jesús, mi Esposo adorado,

En una lección hermosa,

El misterio me ha enseñado,

De ser, sufriendo, dichosa;

Y si sufro hasta la muerte

Bendigo mi santa suerte.

2

Cuando me venció el amor

Sentí escaparse mi vida;

Pero me animó el Señor

Al verme tan abatida,

Dándome el agua sagrada

Que hizo brotar la lanzada.

3

Fuera inútil de seguro

Disputarle la victoria

A este divino amor puro;

Es cedérsela mi gloria,

Pues fue el dardo tan certero

Que hirió el corazón entero.

4

Bendigo mi hermosa suerte

Por tan dichosa sorpresa.

Que aunque quise hacerme fuerte

Mi buen Señor me hizo presa

Con las redes de su amor

Que fue siempre vencedor.

5

De este santo amor el fuego

Más corta hará mi carrera.

Que el día y la noche luego

Me hagan correr muy ligera.

Mil muertes me hace sufrir

Sus ardores al sentir.

6

Soy del Corazón Sagrado

De mi Redentor divino,

Que en Él mi nombre ha grabado,

Y ser su hostia es mi destino,

Dispuesta a sufrirlo todo

Sin gozarme de otro modo.

7

Me produce gran tormento

Esta gran disipación

Que impide que en un momento

Abrase mi corazón

En la pura y viva llama

Que consume a quien le ama.

8

El amor continuamente

Me pide el desprendimiento

De aquello que vanamente

Me dé alegría y contento

Y quiere verme humillada

Y siempre crucificada.

9

Si Vos queréis que el dolo

r Consuma mi vida entera,

Estoy dispuesta, Señor,

Que por mí, sólo quisiera Ir todo en ella inmolando

Con tal de morir amando.

10

Quiero morir enclavada

En la Cruz: morir sufriendo.

Que no me contente nada,

¡Oh Jesús!, más que ir siguiendo

Tu ejemplo y amor sublimes

Con que, al morir, nos redimes.

11

Hazme esta gracia. Señor:

Que en ninguna criatura

Pueda ya poner mi amor.

Que sólo ame tu hermosura.

Que no tenga libertad

Para dejar tu amistad.

12

Cuanta más contradicción

Encuentre mi amor sin mancha,

Más crece en mi corazón

Y más su herida se ensancha;

Pero así quiero sufrir.

Que el dolor a Él me ha de unir.

13

Amarte, Jesús, ansío,

Por todo el que te aborrece;

Quémame en tu amor, Bien mío,

Cual se abrasa el que padece

Del fuego eterno al tormento, Y así moriré contento.

14

Quien dice amor, dice Cruz,

Y yo a su sombra dichosa

Que irradia celestial luz

Todo lo sufro gozosa.

Bendiciendo tanta suerte

Si el amor me da la muerte.

15

Dame, Corazón Sagrado,

Tu amor, que aunque haya quien tema Que el estar siempre a tu lado

Sea vivir en cadena. Yo mi dicha considero

Ser de ese amor prisionero.

16

¿No tienes piedad, Señor,

De este martirio constante?

¿Es que no ves mi dolor,

Ni que suspiro anhelante,

Siempre deseando la suerte

De que el amor me dé muerte?

17

Me robó tu amor, Señor,

El corazón, y vivir

Ya no puedo. Con fervor

Vengo este cambio a pedir:

¡En lugar del que has quitado,

Pon tu Corazón Sagrado!

XLI

Otro cántico al Sagrado Corazón

1

Sólo en tu Corazón

Hallo satisfacción.

En él toda la vida

Quiero estar escondida.

Siendo siempre, Señor,

Víctima de tu amor.

2

Deja que de amor viva

Estando allí cautiva,

Pues este sufrimiento

Que en esta prisión siento

Mucha más dicha encierra

Que un imperio de la tierra.

3

¡O morir o penar!

Así quiero yo llegar

Al Corazón glorioso

Que me hará victorioso,

Pasado este tormento

Que por amarle siento.

4

A un festín me convida

Y es amor la bebida;

¡Dichoso quien la bebe,

Y ya vivir no puede,

Sin este vino ansiado

Que del Cielo ha bajado!

5

Bebe este vino bueno

Porque quita el veneno

De todas las heridas;

Da las fuerzas perdidas.

Vuelve nuestra alma pura

Y nos da la ventura.

6

Como lámpara ardiente

Ante el altar pendiente.

Donde Sacramentado

Vive mi Bien Amado,

Quiero pasar la vida

En su amor consumida.

7

Es todo mi contento

Tan suave Sacramento;

Es un remedio santo

Que cura por encanto.

De quien le ama,

dolores, Penas y sinsabores.

8

¡Visítame constante,

Oh mi divino amante!

Mi corazón ansia

Poseerte cada día,

Que eres su único amigo

Y Él quiere estar contigo.

9

Por amor languidece,

Pero ya no apetece Curarse;

que tu flecha

Le hizo tan honda brecha,

Que es su único placer,

Por tu amor padecer.

10

El corazón entero,

¡Oh amigo verdadero!,

Pides al que te ama

Para echarlo en la llama

De tu amor, que es un fuego,

Que da la vida luego.

11

Sólo a Ti pertenezco

Mi Rey, y a Ti me ofrezco;

Tu Corazón amante

Me llama a sí, constante,

Y en tal dulce morada

Ya no deseo nada.

XLII

Nochebuena

1

He aquí que me despierto

Para ofrecer al Niño,

Que en un pobre portal

Por mi amor ha nacido.

Mi alma y mi corazón

Y todos mis sentidos.

2

Pero le oigo que llora

Por el rigor del frío

Que tiene entre nosotros…

¡Ay, qué pena, mi Niño!

¡Desde hoy te amaré mucho

Porque encuentres alivio!

3

Por ganar corazones,

¡Oh mi Jesús divino!,

Has bajado del Cielo,

Naciendo como un niño:

¡Tú tendrás la victoria

Pues tu amor ha vencido!

4

Del corazón y el alma

Quieres el sacrificio,

Y a ofrecértelo pronto

Debo estar decidido,

Empleándome entero

En tu santo servicio.

5

¡Ah, cuán dichosa soy;

Qué dulce es mi destino!

He encontrado a mi Esposo,

Y es tal este amor mío,

Que Él solo tendrá siempre

Entero mi cariño.

6

No sé seguir viviendo,

Pues va a morir mi Niño:

Ved cómo languidece

Del amor perseguido

Que le lleva a la Cruz

Donde va a redimirnos…

7

¡Permite que yo muera

Allí también contigo!

Pues prefiero la muerte

A verte a Ti afligido,

¡Y no quiero la vida…

Si a tu lado no vivo!

XLIII

Al Sagrado Corazón de Jesús

1

¡Oh Corazón de mi amado

Y divino Salvador,

El más hermoso y mejor,

De cuantos Dios ha creado!

2

¡Tú sólo das dicha al mundo,

Tú eres trono de la gracia,

Y es nuestra mayor desgracia

No tenerte amor profundo!

3

Siendo, como eres, dechado

De todas las perfecciones,

¿Cómo aún nuestros corazones

Todo su amor no te han dado?

4

Sabemos, Señor, que el tuyo,

Es grande infinitamente…

¡Y aun así, mezquinamente

Te dan los hombres el suyo!

XLIV

Otro cántico al Corazón de Jesús

1

Profundo abismo insondable

De virtud y de grandeza

Y tesoro inagotable

De gracias y de riqueza.

2

En Ti la Divinidad

Ha puesto sus perfecciones,

Y tu infinita bondad

Cautiva los corazones.

3

En Ti veo un horno ardiente

Con más fuego cada día;

Y perdiéndole en él, siente

Paz y dicha el alma mía.

4

Tú los divinos ardores

Aplacas desde este suelo,

Y en él, por los pecadores,

Te ofreces en la hostia al Cielo.

5

Tú, de la Divinidad,

Eres digna complacencia,

Pero enseñas la humildad

Del silencio en la elocuencia.

6

La alegría de saber

Que tiene a su Hijo amado

Es tal, que llega a tener

Al Padre Eterno admirado.

7

Mortales que la ventura

Buscáis con tal ilusión:

Copiad la humilde dulzura

Del Divino Corazón.

8

Si queréis paz y consuelo,

A este Corazón llegad;

Tomadle como modelo,

Todos sus, rasgos copiad.

9

Hombre del mundo engañado,

Condénalo ya al olvido.

Que en el Corazón Sagrado

Serás feliz escondido.