DÍA 1
V/ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
V/ El Señor esté con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.
Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús
V/ Amor del Corazón de Jesús.
R/ ¡Abrasa mi corazón!
V/ Hermosura del Corazón de Jesús.
R/ ¡Cautiva mi corazón!
V/ Bondad del Corazón de Jesús.
R/ ¡Atrae mi corazón!
V/ Sagrado Corazón de Jesús.
R/ En ti confío.
R/ “Por la ancha abertura que la lanza hizo en el costado de mi buen Maestro, yo penetro hasta su Corazón. Allí descanso en la misericordia de mi Dios, y cojo abundantemente cuanto me falta”1
Oración para todos los días
¡Oh Dios!, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén.
Lectura bíblica: Gn 9, 12-13
Y Dios añadió: «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra.»
Meditación: Signo de salvación para nuestro tiempo
Entre todos los testimonios de la infinita benignidad de nuestro Redentor resplandece singularmente el hecho de que, cuando la caridad de los fieles se entibiaba, la caridad de Dios se presentaba para ser honrada con culto especial, y los tesoros de su bondad se descubrieron por aquella forma de devoción con que damos culto al Sagrado Corazón de Jesús, «en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia».
Pues, así como en otro tiempo quiso Dios que a los ojos del linaje humano que salía del arca de Noé resplandeciera como signo de pacto de amistad «el arco que aparece en las nubes», así en los tiempos turbulentos de la edad moderna, serpeando la herejía jansenista, la más astuta de todas, enemiga del amor de Dios y de la piedad, que predicaba que no tanto ha de amarse a Dios como padre cuanto temérsele como implacable juez, el buen Jesús mostró su Corazón como bandera de paz y caridad desplegada sobre las gentes, asegurando cierta la victoria en el combate.*
Acto de confianza
R/ ¡Oh Corazón de Jesús! Pongo toda mi confianza en Ti. De mi debilidad todo lo temo, pero todo lo espero de tu bondad. A tu Corazón confío que proveas a nuestra diócesis y a toda la iglesia universal de muchos y santos sacerdotes (u otra petición que se desee). Míralo todo y después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo descanso en ti, yo estoy seguro en ti!
V/ Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Jesús, manso y humilde de Corazón.
R/ Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
* PÍO XI, Carta-Encíclica Miserentissimus Redemptor, n.2