DÍA 23
V/ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
V/ El Señor esté con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.
Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús
V/ Corazón de Jesús, Camino, Verdad y Vida.
R/ Tú eres nuestro Bien.
V/ Corazón de Jesús, Vid verdadera.
R/ No permitas que me aparte de ti.
V/ Corazón de Jesús, Amado del Padre.
R/ Que permanezcamos en tu Amor.
V/ Sagrado Corazón de Jesús.
R/ En ti confío.
R/ Os suplico, ¡oh, divino esposo mío!, que seáis Vos mismo el
reparador de mi alma, que obréis en mí sin hacer caso de mis resistencias.*67
*67 Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz
Oración para todos los días
¡Oh Dios!, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén.
Lectura bíblica: Lc 22, 41-44
Se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, arrodillado oraba diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.” Y se le pareció un ángel del cielo, que lo confortaba. En medio de su angustia, oraba con más intensidad. Y le entró un sudor que caía hasta el suelo como si fueran gotas espesas de sangre.
Meditación: Deseo ardiente de expiar
Quien con amor medite [este misterio] y en lo profundo del corazón lo grabe, no podrá menos de aborrecer y de abstenerse de todo pecado como de sumo mal; se entregará a la voluntad divina y se afanará por reparar el ofendido honor de la divina Majestad, ya orando asiduamente, ya sufriendo pacientemente las mortificaciones voluntarias, y las aflicciones que sobrevinieren, ya, en fin, ordenando a la expiación toda su vida.
Aquí tienen su origen muchas familias religiosas de varones y mujeres que, con celo ferviente y como ambicioso de servir, se proponen hacer día y noche las veces del Ángel que consoló a Jesús en el Huerto; de aquí las piadosas asociaciones asimismo aprobadas por la Sede Apostólica y enriquecidas con indulgencias, que hacen suyo también este oficio de la expiación con ejercicios convenientes de piedad y de virtudes; de aquí finalmente los frecuentes y solemnes actos de desagravio encaminados a reparar el honor divino, no sólo por los fieles particulares, sino también por las parroquias, las diócesis y ciudades.*68
*68 PÍO XI, Carta-Encíclica Miserentissimus Redemptor, n.13
Acto de confianza
R/ ¡Oh Corazón de Jesús! Pongo toda mi confianza en Ti. De mi debilidad todo lo temo, pero todo lo espero de tu bondad. A tu Corazón confío que proveas a nuestra diócesis y a toda la iglesia universal de muchos y santos sacerdotes (u otra petición que se desee). Míralo todo y después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo descanso en ti, yo estoy seguro en ti!
V/ Corazón de Jesús, traspasado por la lanza.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Jesús, manso y humilde de Corazón.
R/ Haz nuestro corazón semejante al tuyo.