MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 25

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 25

V/           En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

R/           Amén.

V/           El Señor esté con vosotros.

R/           Y con tu espíritu.

 

Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús

 

V/           Corazón de Jesús, fiel al Padre en todo.

R/           ¡Tu Voluntad es mi delicia!

V/           Corazón  de  Jesús,  compasivo  y  misericordioso  con  los

hombres.

R/           ¡Tú mi cayado para el camino!

V/           Corazón de Jesús, perfeccionado en los sufrimientos.

R/           ¡Tú, mi consuelo ahora y siempre!

V/           Sagrado Corazón de Jesús.

R/           En ti confío.

R/           ¡Oh Corazón de Jesús! Haz nuestros corazones semejantes al tuyo en la humildad y mansedumbre que quisiste aprendiéramos de ti.*73

*73 Beato Bernardo de Hoyos

Oración para todos los días

 

¡Oh Dios!, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

R/ Amén.

 

Lectura bíblica: Rm 11, 33

 

¡Que abismo de riqueza, de sabiduría y de conocimiento el de Dios!

¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!

 

Meditación: Mostrar las riquezas de Cristo.

 

No hay necesidad más urgente, venerables hermanos, que la de dar a conocer las inconmensurables riquezas de Cristo a los hombres de nuestra  época. No  hay  empresa  más noble  que  la de  levantar y desplegar al viento las banderas de nuestro Rey ante aquellos que han seguido banderas falaces y la de reconquistar para la cruz victoriosa a los que de ella, por desgracia, se han separado. ¿Quién, a la vista de una tan gran multitud de hermanos y hermanas que, cegados por el error, enredados por las pasiones, desviados por los prejuicios, se han alejado de la verdadera fe en Dios y del salvador mensaje de Jesucristo; quién, decimos, no arderá en caridad y dejará de prestar gustosamente su ayuda? Todo el que pertenece a la milicia de Cristo, sea clérigo o seglar, ¿por qué no ha de sentirse excitado a una mayor vigilancia, a una defensa más enérgica de nuestra causa viendo  como ve  crecer  temerosamente  sin  cesar  la  turba de  los enemigos de Cristo […] parecen romper con impiedad suma las tablas de los mandamientos de Dios, para sustituirlas con otras normas de las que están desterrados los principios morales de la revelación del Sinaí y el divino espíritu que ha brotado del sermón de la montaña y de la cruz de Cristo? Todos, sin duda, saben muy bien, no sin hondo dolor, que los gérmenes de estos errores producen una trágica cosecha en aquellos que, si bien en los días de calma y seguridad se confesaban seguidores de Cristo, sin embargo, cuando es necesario resistir con energía, luchar, padecer y soportar persecuciones ocultas y abiertas, cristianos sólo de nombre, se muestran   vacilantes,   débiles,   impotentes,   y,   rechazando   los sacrificios que la profesión de su religión implica, no son capaces de seguir los pasos sangrientos del divino Redentor.*74

*74 PIOXII

Acto de confianza

 

R/           ¡Oh Corazón de Jesús! Pongo toda mi confianza en Ti. A tu Corazón  confío  que  proveas  a nuestra  diócesis  y a toda  la  iglesia universal de muchos y santos sacerdotes (u otra petición que se desee). Míralo todo y después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo descanso en ti, yo estoy seguro en ti!

 

V/           Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.

R/           Ten misericordia de nosotros.

V/           Jesús, manso y humilde de Corazón.

R/           Haz nuestro corazón semejante al tuyo.