DÍA 17
V/ En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
V/ El Señor esté con vosotros.
R/ Y con tu espíritu.
Invocaciones al Sagrado Corazón de Jesús
V/ Corazón de Jesús, Roca inmutable del Amor.
R/ ¡Sé Tú nuestra fortaleza!
V/ Corazón de Jesús, Fuente inagotable de misericordia.
R/ ¡Sé tú nuestro descanso!
V/ Corazón de Jesús, Esperanza cierta de tus amigos.
R/ ¡Mantén nuestros ojos fijos en ti!
V/ Sagrado Corazón de Jesús.
R/ En ti confío.
R/ Sólo a ti ¡Oh Corazón santísimo! se deberá toda la gloria de mi santidad, si mereciere finalmente conseguirla: ni yo quiero aspirar en adelante a la misma santidad con otro fin sino el de vuestra gloria y alabanza.*49
*49 Beato Bernardo de Hoyos
Oración para todos los días
¡Oh Dios!, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/ Amén.
Lectura bíblica: Lc 7, 44. 47-48
Y volviéndose a la mujer dijo a Simón: « ¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella en cambio me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos» […] «Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco.» Y a ella le dijo: «Han quedado perdonados tus pecados»
Meditación: La Reparación
A estos deberes, especialmente a la consagración, tan fructífera y confirmada en la fiesta de Cristo Rey, necesario es añadir otro deber, del que un poco más por extenso queremos, venerables hermanos, hablaros en las presentes letras; nos referimos al deber de tributar al Sacratísimo Corazón de Jesús aquella satisfacción honesta que llaman reparación.
Si lo primero y principal de la consagración es que al amor del Creador responda el amor de la criatura, síguese espontáneamente otro deber: el de compensar las injurias de algún modo inferidas al Amor increado, si fue desdeñado con el olvido o ultrajado con la ofensa. A este deber llamamos vulgarmente reparación.
Y si unas mismas razones nos obligan a lo uno y a lo otro, con más apremiante título de justicia y amor estamos obligados al deber de reparar y expiar: de, justicia, en cuanto a la expiación de la ofensa hecha a Dios por nuestras culpas y en cuanto a la reintegración del orden violado; de amor, en cuanto a padecer con Cristo paciente y «saturado de oprobio» y, según nuestra pobreza, ofrecerle algún consuelo.*50
*50 Pio XI CARTA ENCÍCLICA MISERENTISSIMUS REDEMPTOR
Acto de confianza
R/ ¡Oh Corazón de Jesús! Pongo toda mi confianza en Ti. De mi debilidad todo lo temo, pero todo lo espero de tu bondad. A tu Corazón confío que proveas a nuestra diócesis y a toda la iglesia universal de muchos y santos sacerdotes (u otra petición que se desee). Míralo todo y después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo descanso en ti, yo estoy seguro en ti!
V/ Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Jesús, manso y humilde de Corazón.
R/ Haz nuestro corazón semejante al tuyo.